Errores comunes en el lanzamiento del libro (Final)
Aún se nos quedan en el tintero algunas formas de arruinar el lanzamiento del libro, a lo que nos hemos estado refiriendo tanto en el primero como en el segundo artículo de esta serie.
Así que regresamos a la carga final, con la esperanza de que hayas reflexionado sobre lo que hablamos antes y los siguientes cuatro errores completen tu perspectiva de lo que no debe hacer durante el lanzamiento de tu libro.
No saber hablar de tu libro
Curiosamente, una de los trances más difíciles de sortear para un autor es cuando le piden que hable de su propio libro. Las ideas se agolpan y al final quieres decir tanto que nunca encontrarás las palabras exactas para describirlo.
Como en todo lo concerniente al lanzamiento de un libro, es necesario trabajar también en las palabras necesarias al describirlo y encontrar la forma de que los lectores se vean motivados para leerlo. Esta es una tarea que ningún reseñador o crítico puede asumir: sólo el autor sabe quién es, porqué escribe y conoce la principal diferencia con respecto a todas las demás obras en el mercado. Y es que él ha sido quien la ha escrito.
Por lo tanto, es el más indicado para hablar de su propio trabajo directamente a sus lectores y decirles qué van a encontrar en sus páginas. Sólo tienes que hacer lo que se espera de un autor: encontrar las palabras indicadas.
Nunca es demasiado tarde
Por mucho que se insista en que un lanzamiento debe ser preparado y anunciado con varias semanas de anticipación, en ocasiones hay factores que no podemos controlar. Eso no significa que sea demasiado tarde para avisar a los lectores que una nueva obra tuya va a salir a la luz.
Es posible también que sea tu primera obra, por lo que aún no tengas una página de autor ni una comunidad bien establecida. Pero ninguno de esos factores es excusa para no actuar e invertir todo tu esfuerzo en el lanzamiento.
Así que, en lugar de darte por vencido, analiza tus opciones. Por poco tiempo que quede, aún habrá un número de lectores al que puedas anunciar el lanzamiento e, incluso, pedir ayuda para que el mensaje se difunda. Conversa también con la editorial: puede que entre ambos convengan retrasar el lanzamiento del libro —por mucho que te duela hacerlo— para tener mejores oportunidades de venta. Pero si tu libro ya está en las estanterías, eso no es razón para que no desarrolles una campaña sostenida para atraer lectores que lo compren.
De hecho, el esfuerzo de marketing sobre un libro ya disponible es una carrera de fondo en la que debe mantenerse por mucho tiempo. Para ello, puedes y debes valerse de todas las herramientas disponibles: reseñas literarias, videos promocionales, charlas, presentaciones en vivo y en línea, entrevistas, anuncios publicitarios y mucho más.
Piensa también en todas las fechas relevantes que hay en el futuro y que pueden ser el momento idóneo para relanzar tu libro, además de las habituales ferias literarias que se celebran en muchos lugares. Pero, sobre todo, no olvides destacar tu obra en tu página de autor, a la vez que preparas la plataforma para el lanzamiento de tu siguiente aventura literaria.
No confíes ciegamente en tu talento
Los escritores noveles —y no tanto— tienden a ir a los extremos: o se piensan menos de lo que realmente son y caen en una crisis de identidad, o por el contrario, tienen un ego enorme. Sin importar el número o calidad de la obra publicada, cada título debe enfrentarse como si fuese el primero.
Los escritores realmente exitosos saben muy bien que, por genial que sea su obra, la última palabra la tienen los lectores. Entonces aseguran la mayor promoción posible y convencen a su comunidad de los valores que transmite y las razones para leerle. Tu simple nombre en la portada no significa que el libro sea mejor ni peor al anterior: cada libro tiene un valor propio sólo conocido por el editor y el autor antes del lanzamiento.
Si no haces una promoción adecuada, no esperes que los lectores te arrebaten los libros de las manos ni alaben tu forma de escribir. En un final, convencerles de leerte es tu responsabilidad y forma parte de la carrera de un escritor profesional.
El lanzamiento es sólo el principio
Ya lo hemos mencionado, pero nunca se puede insistir lo suficiente en este aspecto: luego de una campaña de lanzamiento exitosa, que los primeros días las ventas se comporten igual o mejor que lo que esperabas y que los objetivos se cumplan, no es razón para recostarse a mirar el parnaso literario.
Una vez la obra llega a los lectores, debe transformarse en un libro de larga venta. Para ello debes seguir trabajando luego del lanzamiento, quizás con menor intensidad, pero con el mismo tesón. Es momento también de analizar que pudo haber salido mejor durante la campaña de lanzamiento, para aplicar el conocimiento adquirido en la promoción de la obra siguiente.
También es tiempo de interactuar con tu comunidad, recibir de ella retroalimentación de los puntos fuertes y débiles en tu historia, agradecer a aquellos que te han apoyado durante todo el camino y preparar las condiciones para que tu próximo libro caiga en un suelo fértil en lectores.
Por último, puede que sea el libro quien falle
Por mucho que duela, hemos dejado para el final una de las causas más graves —y comunes— por las que un lanzamiento puede ser un verdadero fiasco: el libro puede que no sea tan bueno como piensas.
Claro está, esto es poco probable si la obra está avalada por la mirada experta de una editorial. Pero hasta los editores se equivocan: algunas veces dejan pasar obras geniales y otras se cuela por el tamiz un mal libro.
No hay nada tan decepcionante para un lector que entusiasmarse con una obra que al final no cumple sus expectativas, y eso es muy común con los escritores autopublicados. No es por gusto que tanto lectores como libreros no vean con buenos ojos este tipo de obras, por lo que, si bien es fácil imprimir una obra a cuenta y riesgo, es muy difícil insertarla dentro de los canales de distribución habituales.
Un libro falla si está mal escrito: escribir no es solamente llevar al papel una historia, sino hacerlo con un nivel de oficio inusual y con meticulosidad. Una obra es más que un manuscrito, por lo que debe ser revisada al detalle línea a línea y palabra por palabra. Por desgracia, hay personas que simplemente publican un borrador poco feliz.
El libro también puede ser poco atractivo para el lector. Al final es un producto, y su adquisición depende también de su estética: si ésta no capta la esencia de lo que contiene, no se venderá bien.
El error más garrafal posible es el más común
Por último, por muy buena que sea la obra, si está mal maquetada o hay abundancia de erratas y faltas de ortografía, llegará el punto en que el lector la abandonará. Por experiencia, luego de no una revisión cuidadosa, sino varias, es difícil que un libro salga limpio de gazapos al 100%. Los lectores pueden ser indulgentes, pero si abusas de su paciencia se sentirán estafados.
Todo esto se reflejará en críticas y reseñas negativas: puede que vendas bien la primera semana, pero la acogida será pésima y la obra quedará en ridículo. Toda esa comunidad que lograste reunir se disolverá al instante, y no hablemos de tu prestigio. Así que recuerda: si no eres capaz de cumplir tus promesas y entregar al lector un producto con la calidad necesaria, ni el mejor de los lanzamientos podrá salvar un mal libro.